Hace un año nació Bruno, es pura luz.
Su cuerpito de formas perfectas me conmueve, su carita sonriente me colma de amor.
Andrés está celoso y dice "tengo bronca de que Bruno sea el cumpleañero".
Andrés está celoso y dice "tengo bronca de que Bruno sea el cumpleañero".
El cielo de Krishna debe ser compartido.
De todas maneras creo que la mirada que pone a la rivalidad como el afecto central entre hermanos es una mirada antigua, convencional y vencida.
De todas maneras creo que la mirada que pone a la rivalidad como el afecto central entre hermanos es una mirada antigua, convencional y vencida.
Pasan muchísimas otras cosas entre ellos, y la mayoría muy lindas. Yo que no tuve hermanos de chica (tengo solo uno, al que adoro, que nació cuando yo tenía 16 años) no paro de maravillarme ante el fenómeno fraterno, crecer con otro al lado con el que se comparte la vida tan de cerca.
Es alucinante ver cómo se arma el mundo de los chicos que día a día van construyendo una historia juntos, son referentes, amigos y enemigos, amados y celados, todo junto, todo mezclado.
Soy feliz de que mis hijos tengan hermanos, siento que les potencia enormemente la capacidad de amor, de alegría, de juego, de confianza, de amplitud existencial.
Soy feliz de que mis hijos tengan hermanos, siento que les potencia enormemente la capacidad de amor, de alegría, de juego, de confianza, de amplitud existencial.
Andy dice: "Me encanta tener un hermanito tan lindo como Bruni, también a veces me dá bronca", igual siempre que vamos a la plaza me pide: "mami llevémoslo a Bruni".
La mayor alegría de Bruno es jugar con Andrés, a él le dedica sus mejores sonrisas.
Un momento glorioso: bañarlos a los dos juntos, agotador también.
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