picadita de domingo

Las elecciones de estilos de vida tienen algo de entrenamiento, cada uno ejercita el juego al que le gusta jugar y encuentra seguidores, compañeros de equipo, amigos.

Nos entrenamos en el arte de encontrarle la onda a la cosa, celebrar, ir para adelante respirando paz y amor, intentando honrar la vida a cada paso.

Hacemos el ejercicio de vivir críticos y paranóicos detectando malas intenciones en todos lados y asi ir pudiendo lamentar y enojarnos a cada paso.

Ejercitamos alerta y temor, entonces en cada cosa encontramos el peligro que acecha y asi vamos caminando miedosos y desconfiados a cada paso.

Cuando brindamos decimos "salud, dinero y amor" porque creemos que con salud y dinero lo otro llega. O pedimos "amor" porque es lo que más queremos y sabemos que con eso vivimos saludables.

Hace mucho me dí cuenta de que encontramos teorías que sostienen lo que sentimos. Lo contrario es medio tirado de los pelos, o sea, si te gusta una teoría inaplicable a tu sensibilidad estás complicado.

Cuando leí al pediatra español Carlos González lo sentí asi , "este tipo teoriza lo que yo siento, explica por qué está bueno lo que me pasa y con sus palabras legitima lo que quiero".

Y está bueno encontrar palabras que sostengan sensaciones.
Escribir es un poco eso.

En la adolescencia se sostiene casi cualquier cosa a casi cualquier precio con tal de consolidar una forma de ser.
Después por suerte vamos viendo la vida y asi se va aflojando y ya no importan tanto las teorías, y lo que queremos es habitar el mundo que nos toca de la mejor manera para cada uno.
Crecer es un poco eso.

Creo que el que quiere el bien de todos tiene que cuidarse a si mismo, asi va a poder hacer lo mejor para los demás.

Quedan en mi corazón y poblando mi blog los mensajes verdaderamente estimulantes al respecto de las 300 entradas y los agradezco.
El blog se siente como una casita donde uno pone las cositas que quiere y las disfruta.