Friday, November 21, 2008

fuerte fuerte

En general borro las cadenas incluso sin leer a veces ni de qué se tratan.
Borro demasiado, borro por demás, mi marido me carga por eso, borro hasta cosas que después necesito.
Podría decir que no me gusta acumular nada, obsesiones andan por acá.

Pero hoy me llegó una cadena que sí leí,
les copio el texto:

'Lo importante viene después del trabajo'
Conmovió a 2500 ejecutivos en ExpoManagement con una recomendación: apoyarse en la familia

Jueves 30 de octubre de 2008
Publicado en edición impresa
Fernando Parrado
Por Fernán Saguier De la Redacción de LA NACION

¿Qué conferencista logra hoy colmar un auditorio de 2500 ejecutivos y empresarios, muchos con sus mujeres e hijos, y hablar durante una hora y media sin que vuele una mosca?

Fernando Parrado, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes, a 36 años de aquella historia que asombró al mundo, consiguió anteayer más que eso: conmover a un foro de negocios y capacitación empresarial al transmitir las simples moralejas que le dejaron vivir 72 días en plena Cordillera sin agua ni comida.

Fue durante la jornada de cierre de ExpoManagement 2008. Su presentación, un monólogo sin golpes bajos acompañado por videos e imágenes de la montaña, tuvo dos etapas bien diferentes. En la primera narró, con un relato íntimo repleto de anécdotas, los momentos que lo marcaron de aquella odisea a 4000 metrosde altura en la que perdió a buena parte de sus amigos, además de su madre y su hermana. '¿Cómo es posible sobrevivir donde no se sobrevive?', se preguntó. 'Sobrevivimos porque hubo liderazgos, toma de decisiones y espíritu de equipo, porque nos conocíamos desde mucho antes', dijo. Y arrojó un primer disparador. 'En la vida el factor suerte es fundamental. Cuando llegué al aeropuerto de Montevideo no daban número de asiento para el avión. A mí me tocó, de casualidad, la fila 9, junto a mi mejor amigo. Cuando el avión chocó en la montaña, se partió en dos. De la fila 9 para atrás no quedó nada. Los 29 sobrevivientes al primer impacto viajaban en la parte que quedó a salvo.' 'De ellos ?dijo?, 24 no sufrieron un rasguño. Así, los menos shockeados empezaron a ayudar, actuando como un verdadero equipo. Administramos barritas de chocolate y maní al punto de comer un grano por horas cada uno. Marcelo, nuestro capitán y líder, asumió su rol para contenernos cuando le preguntábamos qué pasaba que no llegaba el rescate. Decidimos aguantar.' Pero días después el líder se desmoronó. La radio trajo la noticia de que había concluido el rescate. '¿Cómo hubieran reaccionado ustedes? desafió a la audiencia. El líder se quiebra, se deprime y deja de serlo. Imagínense que yo cierro esta sala, bajo la temperatura a -14 grados sin agua ni comida a esperar quién muere primero.' Silencio estremecedor de la primera a la última fila. 'Ahí me di cuenta de que al universo no le importa qué nos pasa. Mañana saldrá el sol y se pondrá como siempre. Por lo tanto, tuvimos que tomar decisiones.
En la noche 12 o 13 nos dijimos con uno de los chicos: «¿Qué estás pensando?» «Lo mismo que vos. Tenemos que comer, y las proteínas están en los cuerpos.» Hicimos un pacto entre nosotros, era la única opción. Nos enfrentamos a una verdad cruda e inhumana.

Desde la primera fila, decenas de chicos llevados por sus padres escuchaban boquiabiertos. Parrado apeló a conceptos típicos del mundo empresarial. 'Hubo planificación, estrategia, desarrollo. Cada uno empezó a hacer algo útil, que nos ayudara a seguir vivos: zapatos, bastones, pequeñas expediciones humanas. Fuimos conociendo nuestra prisión de hielo.' 'Hasta que me eligieron para la expedición final, porque la montaña nos estaba matando, nos debilitaba, se nos acababa la comida. Subí aterrado a la cima de la montaña con Roberto Canessa. Pensábamos ver desde allí los valles verdes de Chile y nos encontramos con nieve y montañas a 360 grados. Ahí decidí que moriría caminando hacia algún lugar.' Entonces sobrevino el momento más inesperado. 'Esta no es la historia que vine a contar', avisó.

Y contó que su verdadera historia empezó al regresar a su casa, sin su madre y su hermana, sin sus amigos de la infancia y con su padre en pareja nuevamente. '¿Crisis? ¿De qué crisis me hablan? ¿Estrés? ¿Qué estrés? Estrés es estar muerto a 6000 metros de altura sin agua ni comida', enfatizó.

Recordó un diálogo fundamental que tuvo con su padre, que le dijo: 'Mirá para adelante, andá tras esa chica que te gustaba, tené una vida, trabajá. Yo cometí el error de no decirle a tu madre tantas cosas por estar tan ocupado'.

Y cerró, determinado: 'Las empresas son importantes, el trabajo lo es, pero lo verdaderamente valioso está en casa después de trabajar: la familia. No se olviden de quien tienen al lado, porque no saben lo que va a pasar mañana.'
Una interminable ovación lo despidió de pie.

6 comments:

  1. Hola Ximena, comparto contigo eso de borrar, y tambieén tirar, seguido hago limpieza y hecho a la basura todo aquello que no me es útil, aunque mañana diga: "yo tenía uno de esos, pero lo tiré".

    Hermoso tu post, ya mismo lo hago cadena jaja. Y es que uno nunca sabe a quien se le puede cambiar la vida con esta clase de anécdotas.

    Te dejo besos para ti y tu linda familia, desde México.

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  2. Guau...Qué relato!!! No?


    Me alegra que Félix este mejor
    Buen fin de semana para ustedes..
    Beso.
    Vero

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  3. Anonymous9:21 PM

    en mi casa soy yo de verdad,con mi familia soy yo de verdad,es relajante estar en casa y saber que nos entendemos sin hablar, que no pensamos mal de nosotros, que nos queremos sin medida,que confiamos, que estamos pendientes los unos de los otros sin invadirnos, que nos buscamos cuando nos sentimos mal,que nos extrañamos sin enloquecer, que buscamos lo mejor de cada uno para crecer.

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  4. Al fin una cadena con un escrito que tiene sentido !!!!! Si hago 20 copias tendre la felicidad eterna !!! jaja. Un chiste de cadena de mail.
    Un beso enorme y otro para felix.
    Moni

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  5. Sin comentarios!!!!!! piel de gallina!!

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  6. Fuerte, terrible. Qué bueno q no lo tiraste.

    beso

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