Andrés se va al jardín, lo lleva su papá.
Me levanto, lo cambio a Bruno, me cambio, hago los muchos detallecitos que hacemos las mujeres antes de salir.
Salimos, vamos al bar El Torreón, me encuentro con Mari Cincu desayunando, concentrada en su hermoso cuaderno (ella siempre tiene cosas lindas, detalles) “bienvenida de vuelta al club house de Belgrano R”, qué bueno que volvieron, la extrañaba.
Muy seguido nos encontramos por el barrio sin citarnos, (no creo que sea casualidad, es sincronicidad) de hecho así nació nuestra amistad.
Tomo un café con leche, charlamos 15 minutos, está buenísimo, nos comentamos los últimos avatares del hogar y la crianza, casi nunca hablamos de trabajo. Mientras tanto el bebito se la banca en la sillita intentando tocar y llevarse a la boca todo lo que tiene a mano.
Me voy al supermercado, Brunito va feliz en su coche, le habla a las palomas, a los perros, a los árboles, me encanta. Siempre me gustó llevar a mis hijos por la calle y sentir cómo disfrutan y descubren el mundo, cada cosita.
Ir caminando con un nenito en cochecito es un flash total, la mayoría de las veces lo disfruto. Ni hace falta comentar que la sensación no es la misma cuando van molestos, lloriqueando y demás.
Entonces me digo: "si lo estoy disfrutando tanto ¿por qué también voy pensando en todo lo otro que quiero estar haciendo?"
Terminar la novela de Cecilia Szperling que estoy leyendo que me falta poco y me muero de ganas de saber cómo termina. Irme al bar con la compu, trabajar, pensar-sentir, escribir. Seguir poniéndole las florcitas de colores a esos zapatos que me están quedando buenísimos. Ir al gimnasio o por lo menos hacer una caminata. Las clases de patinaje sobre hielo por ahora están suspendidas, no las pude sostener.
El año que viene Bruno ya va a ir a salita de 2, y yo teniendo a los dos nenes de lunes a viernes tres horas por día en el jardín voy a poder retomar todas esas cosas.
Entonces me digo: "disfruta este tiempo en paz". Los chicos crecen muy rápido, es cierto. La expectativa de vida en los tiempos que corren cada vez es mayor, es cierto. Soy joven aún, tengo mucho por delante. Es cierto.
Puedo pensar y entender todos estos argumentos. Puedo sentirme bien y disfrutar el tiempo que estoy con los chicos. No puedo evitar sentir las tensiones de tantas veces estar haciendo cosas pensando-sintiendo que podría-debería estar haciendo otras.
Me estoy dando cuenta de que este estado existencial es básico y constitutivo de las madres de hoy. Queremos ser buenas madres, presentes, cercanas, amorosas. También queremos estar bien, minimamente arregladas, deseables. Cuidamos a nuestros maridos, pensamos estrategias para estar más cerca en medio de tanto que hacer. Y obviamente necesitamos estar en contacto con nuestro trabajo, producir, ganar plata, generar cosas. ¡Guau, cuánto que hacemos!
A las mujeres que lean esto les pido que me comenten si sienten algo parecido. Gracias.
Me hacés llorar!!! Es que por más que una encuentra estas mismas vivencias en todas las amigas con las que te ponés a charlar del tema, cuesta buscarle la vuelta a las cosas y DISFRUTAR. Me encanta dedicarles tiempo a los chicos, pero al mismo tiempo se me escapan deseos de que crezcan. para hacer más cosas YO. ...Después pienso que crecen demasiado rápido y las etapas pasan y te da cosa.....
ReplyDeleteSí. Me siento muy identificada!!
Trato de hacer todo eso y bien, trabajo, hijos, marido, obviamente yo. Pero aclaro, no puedo ser tan buena en todo, no se puede, no es necesario. No a la robotizaciòn, siempre. Sí a decir hoy no puedo, no tengo ganas que los chicos se queden con vos, no quiero cocinar a veces, o no quiero lo que sea. Somos gente aunque madres. Personas también. Ojo, que a todo esto lo digo pero siempre de la vida termino haciéndome cargo de las cosas de las que soy responsable. Por suerte en casa todo està super repartido. Inclusive las compras.
ReplyDeleteHola! ¿como estas?
ReplyDeleteMe llamo Lucia, y estoy terminando mi carrera de Psicologia (una materia me queda) en Mendoza. Siempre leo tu blog y el de Alejandro.
No soy madre, pero soy mujer.
Y justo hoy, particularmente hoy, me sentia parecida a lo que escribis, podria decir con necesidad de encontrar palabras que me ayuden a pensar mi situación. Y me regalaste unas cuantas, asique gracias.
Por mi parte te comparto algo que me enseño una amiga, y que me ayuda mucho a parar la moto un poco cuando estoy hiperacelerada por las tantas cosas que hago: ella me suele decir, no te preocupes si hoy no pudiste estudiar, o avanzar con un trabajo porque tenias ganas de tocar la guitarra: "te tocó eso". Y es lindo encontrarse a una mima de nuevo.
Besos,
Lu.
Tengo 36 años y soy padre de tres. Por primera vez desde que los leo a vos y a alejandro siento que estoy un toque por delante. Esas sensaciones que describìs vos y las otras comentaristas me oprimieron durante mucho tiempo. Hoy, despuès de 7 años de no poder dormir una noche seguida, les puedo asegurar que ya les va a llegar un tiempo en que las clases de patinaje (o lo que sea) les van a parecer casi absurdas y un poco avergonzantes. Dar vida, y acompañar el crecimiento responsablemente es la mejor actividad y es el "viaje" màs estimulante que conozco.
ReplyDeleteTe entiendo taaaanto!! Como Emilio tengo 36 pero no me siento como él. Soy madre de Laura, que tiene 7 años, estoy divorciada de su papá que vive muy lejos. Trabajo muchas horas en algo que me encanta y sobre todo me permite pagar las cuentas. La semana pasada estaba en otro país y me llamó mi mamá para decirme que Lauri tenía 40° y se había brotado toda. Me encontré dando instrucciones por tel. y pensé "No me da el tiempo para ser madre" Para mí el viaje (tal como lo plantea Emilio) es bastante estresante por ahora.. aunque también tengamos momentos de disfrute.
ReplyDeleteGris
ReplyDeletetengo 44, soy madre de un varon de 13 años, pasamos con mi marido toda la etapa de la infancia, estamos entrándole a la preadolescencia y el tiempo sigue sin alcanzar, para todo loq eu uno quiere hacer, además de ser padres. Cuánto tiempo lleva esto !!!. Me identifico en las ganas de hacer cosas, que siempre quedan relegadas, pienso que más adlenate siempre habrá un mejor momento para hacerlas, con todo no se puede, con todo lo que uno se exige, no se puede, porque además lo queremos hacer bien, poníendole toda la energía que necesita. Siempre algo que quedó en el camino, pero la elección y decisión de estar, como padres, como pareja, como familia, es el mayor placer que tengo, donde realmente me siento realizada y feliz.
Es todo un tema ¿no?, ¿cómo repartirse para lograr un equilibrio en el que todos como familia logremos satisfacción y disfrute, aceptando ciertas renuncias y postergaciones?. Una clave es que hay momentos para todo, intentar vivir a pleno cada etapa está bueno.
ReplyDeleteSaber repartirse es un desafío existencial y no tiene solo que ver con criar hijos, se aplica a la vida en general.
Lo de bajar la exigencia es importante. Pedir ayuda y repartir tareas también.
Claro que la crianza es un viaje maravilloso, pero exigente y para algunos más sacrificado, todo vale.
Gracias por los coments, me encantan.
Me siento muy identificada,a veces siento muy frustrante no ser dueña del tiempo como quisiera.Pero tambien cuando me permito sentir intensamente todos los deseos que tengo,soy muy feliz,les agradezco a mis hijos transformarme en esta catarata de ganas de hacer cosas.
ReplyDeleteHola Ximena, MUY lindo tu blog, me encantó, en especial este post... soy Naty, tengo 26 años y un "batracio" (como le digo yo, cariñosamente) que en unos días cumple 8 años. Lo tuve a los 18, plena edad de nebulosas y pajaritos mentales... y no me ha pasado nada mas lindo en la vida. Hoy en dia estoy tratando de contruírme/le una vida y un futuro lo mas lindos posibles, y todos los días me encuentro en esa dicotomía de hacer - no hacer, sacrificar o no tiempo de nuestra relación madre-hijo... pensando si estaré haciendo las cosas bien, sintiendo un poco de culpa para con él al "regalarme" tiempo para mi, sientiendo un poco de culpa conmigo misma al no regalármelo...
ReplyDeleteHablando de algo parecido a esto, mi papá un día me dijo: "Si hacés "X" cosa pensando en que es realmente por su bien, no estás equivocada"... y desde ese momento me siento mas liberada de... responsabilidad, podría decirse. Estas cosas (los hijos) no vienen con prospecto, como no lo teníamos nosotros al nacer, y nuestros viejos se arreglaron como pudieron, en la mayoría de los casos, educando desde el amor. Creo que hay que ser sincero con uno mismo y actuar de corazón y con buena Fé... Dentro de lo lógico: ¿quién puede decir qué está bien y qué no?
Abrazo grande...