Si los adultos frente a determinadas frustraciones la pasamos realmente muy mal, nos quedamos casi sin recursos y muchas veces no sabemos qué hacer para salir de esos estados de intolerancia, ¿cómo no vamos a poder entender que para los chicos sea tan dificilísimo aceptar ciertos límites?.
Imagino cosas feas y no me banco cuando tan sueltamente se dice "a los chicos hay que ponerles los límites" y no porque crea que no haya que hacerlo, todo lo contrario, creo que no hay posibilidad de encontrar paz y felicidad en este mundo si no sabemos tolerar las limitaciones que vivir requiere. Pero también para esto hay que poder ser absolutamente cuidadoso en la forma, los momentos y los tonos con los que esa puesta de límites se le hace a los chicos.
Justamente por lo importante que es aprender a reconocer y tolerar los límites en todos los ámbitos de la vida, es fundamental estar muy atentos a cómo se los mostramos a nuestros hijos. Los chiquitos no tienen recursos para elaborar la frustración y el dolor que determinados límites les traen. Aunque sean límites necesarios y legítimos creo que hay que acompañar a los hijos para que los reciban rodeados de amor y contención.
No es fácil, creo que es uno de los grandes desafíos que requieren los estilos de crianza empáticos y comprometidos.
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