
Sí se puede y no voy a intentar averiguar por qué, debe ser una mezclita de cosas, no importa.
Hoy leí unos comentarios que me movilizaron mucho por el tema que tratan, entre otras cosas alguien dice: “no nacemos de repollos”, con una buena reflexión al respecto.
Hoy estoy pensando especialmente en las relaciones madres/padres – hijos/hijas
Hace unos días mi mamá me comentó que un amigo suyo le había dicho que yo en mi blog hago referencia a mis hijitos, a mi marido, hermano, prima, etc. - “¿y ella salió de un repollo?", le preguntó él a mi mamá, como diciendo que no hago referencia a ella. Él me podría haber mandado un comentario a mi, con lo que me gustan.
Me imagino madres y padres con formas de repollo, me encantaría saber dibujar para representarlo, puede ser lindo y divertido. Repollos con caras, brazos, manos, piernas y pies, y en cada hoja algo para dar. De cada repollo dependerá qué.

El otro día leí un testimonio de un nene que decía que lo bueno de los abuelos es que tienen tiempo para jugar con los nietos sin estar haciendo también otra cosa. Pura presencia, encuentro verdadero, conexión plena. Yo adoré a mis abuelos.
Este es el momento de mi vida en el que siento que la relación con mi mamá está más lograda que nunca. Está bueno, me hace bien. Crecí.
Mi mamá es hermosa, juvenil por fuera y anticuada por dentro, exigente con sus hijos, pero sobretodo habilitadora de la autonomía que nos hizo ser a mi y a mi hermano personas independientes.
Mi mamá es muy inocentemente charladora y según mis amigos y amigas está bárbara, es divertida y graciosa, un personaje interesante.
Ayer Sara dijo que el 2mil7 era un año de sanación en la relación con sus hijos y contó que a ellos les encanta verla cocinar, los tres se juntan a su alrededor y disfrutan. Me llevé esa imágen con alegría.