Hoy no logro amanecer y ya son las dos de la tarde. No concuerda el estado con mi momento existencial. Una mujer de mi edad, responsable, con dos hijos a cargo y muchas cosas por hacer no se puede sentir así.Sí se puede y no voy a intentar averiguar por qué, debe ser una mezclita de cosas, no importa.
Hoy leí unos comentarios que me movilizaron mucho por el tema que tratan, entre otras cosas alguien dice: “no nacemos de repollos”, con una buena reflexión al respecto.
Hoy estoy pensando especialmente en las relaciones madres/padres – hijos/hijas
Hace unos días mi mamá me comentó que un amigo suyo le había dicho que yo en mi blog hago referencia a mis hijitos, a mi marido, hermano, prima, etc. - “¿y ella salió de un repollo?", le preguntó él a mi mamá, como diciendo que no hago referencia a ella. Él me podría haber mandado un comentario a mi, con lo que me gustan.
Me imagino madres y padres con formas de repollo, me encantaría saber dibujar para representarlo, puede ser lindo y divertido. Repollos con caras, brazos, manos, piernas y pies, y en cada hoja algo para dar. De cada repollo dependerá qué.
Actualmente MI MAMÁ es sobretodo la abuela de mis hijos y le sale muy bien. Me ayuda, me apoya, hace todo lo posible para entender mis criterios y respetarlos, aunque les trae a los chicos más golosinas de las que yo quisiera, pero dicen que para eso están los abuelos.El otro día leí un testimonio de un nene que decía que lo bueno de los abuelos es que tienen tiempo para jugar con los nietos sin estar haciendo también otra cosa. Pura presencia, encuentro verdadero, conexión plena. Yo adoré a mis abuelos.
Este es el momento de mi vida en el que siento que la relación con mi mamá está más lograda que nunca. Está bueno, me hace bien. Crecí.
Mi mamá es hermosa, juvenil por fuera y anticuada por dentro, exigente con sus hijos, pero sobretodo habilitadora de la autonomía que nos hizo ser a mi y a mi hermano personas independientes.
Mi mamá es muy inocentemente charladora y según mis amigos y amigas está bárbara, es divertida y graciosa, un personaje interesante.
Ayer Sara dijo que el 2mil7 era un año de sanación en la relación con sus hijos y contó que a ellos les encanta verla cocinar, los tres se juntan a su alrededor y disfrutan. Me llevé esa imágen con alegría.





Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que aparece la canción del niño.





Anoche cenando con Dani hablábamos de los chicos, de cómo van creciendo, de las cosas que les van pasando. Mi hermano dijo algo que me pareció muy piola e iluminador. Que para Andrés debe ser muy tranquilizador ver que en la medida que su hermanito crece va apareciendo un nenito similar a él, que aprende a caminar, a manifestar sus preferencias, a decir alguna palabrita.





Si los adultos frente a determinadas frustraciones la pasamos realmente muy mal, nos quedamos casi sin recursos y muchas veces no sabemos qué hacer para salir de esos estados de intolerancia, ¿cómo no vamos a poder entender que para los chicos sea tan dificilísimo aceptar ciertos límites?.