Wednesday, September 26, 2007

Sexualidad Infantil

Estuve leyendo el libro de reciente aparición llamado "El embarazo transformador" de Viviana Tobi, Editorial Paidós.
Lo que quiero destacar más allá de la información que dá y el enfoque que trabaja en relación con el embarazo y todo lo que esta experiencia trae en las vidas de mujeres, hombres, parejas, que es interesante y muy completo, es un capítulo destinado a la sexualidad femenina.
Está muy bueno cómo incluye el tema de la sexualidad, el lugar que le dá, cómo lo trata.

Sería bárbaro que se hablara más naturalmente de estas cuestiones, ¿no?, a esta altura del mundo, "¿podemos hacerlo?", - "Sí podemos" diría mi hijo Andrés imitando a Bob el constuctor, y a pleno con el descubrimiento de sus zonas y sensaciones sexuales.

Es todo un tema, cómo manejarnos con algo que es tan fundamental para la salud mental y a la vez resulta difícil y cargado de tantos sentidos. Con los niños, con las amigas, con los amigos, con las parejas y demás. Cómo se habla, qué se cuenta, qué se comparte, qué se idealiza, qué se dice, qué se sabe, qué se oculta.




Sexualidad infantil fue uno de los temas que trabajamos en la última reunión de madres con Graciela Scolamieri. Ella nos mandó algunos artículos al respecto, copio uno que ayuda a introducirnos en el tema.

La Sexualidad Infantil

http://www.solonosotras.com/maternidad/dir-mater.htm

Éste es siempre un tema polémico, pues muchas veces los padres se niegan a aceptar que sus hijos poseen sexualidad y deseos desde que nacen.

El descubrimiento de la sexualidad infantil proviene del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, quien después de mucho estudiar y a pesar de pertenecer a una familia y a una época conservadoras como lo fue principios del s.XX, observó científicamente que los niños mostraban conductas sexuales ya desde recién nacidos, pues su primer deseo es provocado por la necesidad, es el deseo del hambre que estará relacionado inevitablemente con la lactancia y el contacto con la madre.

Pero guste o no, la mayoría de especialistas, sexólogos, psicólogos y demás coinciden hoy en día en que el niño es tan sexual como cualquier adulto, aunque claro existen varias diferencias.


En primer lugar, el niño no ha sido educado. Su cultura y la conducta correcta no ha sido aprendida por él, y de esta forma, no se encuentra reprimido ni asume sus deseos sexuales como algo malo o pervertido, y lo menos que experimenta es la culpa. No conoce el tabú, ni conoce la prohibición.

Por el contrario, el niño utiliza su sexualidad, no sólo como fuente de placer, sino que también como fuente de conocimiento. Es un medio para comprender el mundo, para divertirse, para relacionarse, para conocerse a sí mismo y conocer a los demás.

El problema por lo general sobreviene cuando los padres por desinformación, se escandalizan con las actitudes que evidencian alguna presencia de sexualidad en su hijo y lo reprimen violentamente, lo que muchas veces puede producir verdaderos traumas y cuando el niño es adulto puede generar una incapacidad de relacionarse sexualmente y profunda frustración, lo que tendrá como consecuencia trastornos en la psique del sujeto.

De ahí que sea fundamental que los padres conozcan qué comportamiento esperar en sus niños.
Las etapas de desarrollo del niño son muy diversas y complejas, pero se puede decir a grandes rasgos que antes de los cinco años las conductas relacionadas con la sexualidad son el mamar, el chupar, el querer percibir todo con la boca, bailar, abrazarse, tener objetos de textura suave, e inconscientemente manejan cierto placer con la actividad de higiene y limpieza a la que son sometidos comúnmente por la madre.


En consecuencia, es esperable que mientras duermen los niños se toquen los genitales, o que incluso los exploren con curiosidad y risas. Además, con recurrencia el niño buscará las mamas de su madre o de otras mujeres porque ha comprendido que esa zona le produce placer... le da comida.

De los cuatro años en adelante, el niño tendrá mayor curiosidad por las zonas genitales y buscará comparase a sí mismo con otros niños e incluso con adultos. Es en este momento que se inician las preguntas difíciles como ¿por qué yo no tengo lo mismo que papá o mi hermano, o ¿por qué tus pechos son grades y los de papá no?, por mencionar algunos ejemplos. Ante estas preguntas, hay que tratar de no turbarse, de responder con naturalidad y con la verdad clara, si se desconoce será necesario que los padres se informen, por el bien del niño.

Como en este momento el género del niño no está definido (pues el género no sólo depende del condicionamiento biológico que indica que se es hombre o mujer), será común que adopten conductas femeninas y masculinas indistintamente. Esto no es de preocuparse, ni es un serio indicador de confusión en el niño, sino que todos lo vivimos en alguna etapa del desarrollo, y luego es superada.

Después de los seis años, el niño comenzará una actitud más activa, entrará en contacto con otros niños o niñas, y es posible que se den juegos orogenitales, imitación de posturas sexuales, y además estarán en su etapa anal, pues el niño descubrió casi al nacer que la excreción de las heces le producía placer.

Ya más adelante, los niños empiezan a definir sus límites y es clásico que los hombrecitos jueguen sólo con hombrecitos y las mujercitas igual, por lo que establecen evidentemente una frontera entre lo que es ser mujer y lo que es ser hombre.

Y a partir de los nueve años, el niño sabrá que el sexo se encuentra rodeado de secretos, por lo que así lo tratará en grupo, pero sólo con los amigos más íntimos, se inicia la masturbación a veces incluso grupal y las competencias en torno a la sexualidad y al desarrollo de los genitales.

Ahora bien, lo que hay que comprender como padres es que nada de esto es perverso o pecaminoso, que todo ser humano posee, desde que nace, su propia sexualidad y que ésta irá en desarrollo conforme el niño vaya creciendo, sin que esto esté mal. Un desenvolvimiento sexual sano, sin culpas y sin abusos, sin extremos y con educación, es ideal para la formación de un ser humano integral.

Así, que lo mejor es que como padres se tenga esto presente y más que una reprimenda se le de una guía a nuestros hijos. La sexualidad es un tema que hay que hablar y es mejor que lo hagan en la casa que con extraños. El sol no se puede tapar con un dedo y de la misma manera no se puede obviar que los niños como cualquier persona tienen sexualidad, y lo más importante es que tienen derecho a tenerla.

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