sensaciones

Me voy a trabajar feliz de la vida, me gusta, me hace bien salir de casa y conectarme con otra gente, con otras cosas.

Junto con la sensación de expansión y bienestar siempre me viene algo de culpa. Muchas veces me pregunto por qué hay estilos de madres que sentimos que tenemos que estar con nuestros hijos la mayor cantidad de tiempo posible, y con buena calidad, por supuesto.

Es una sensación de apego, de que yo soy la que los entiende, la que puede con ellos, la que va a saber qué hacer. Medio plomo pensándolo bien.
Son estilos de apego. Lo cierto es que como en todo hay que revisar y reubicar estilos y formas, en función del propio bienestar y del de los que nos rodean.

Asi que sí, salgo, me voy a hacer mis cosas, los dejo siempre en muy buenas companias, y disfruto de mis momentos lo mejor que puedo.

Cuando vuelvo en general confirmo que es buenísimo para todos, irme, volver, estar con energía renovada. A ellos les hace bien, a mi me hace bien, a mi marido le hace bien y a quienes los cuidan les hace bien.

Volver oxigenada, con onda, contenta, con ganas y posibilidad de entregarme a ellos renovada, está bárbaro.

Es como un ejercicio, hay que hacerlo, probar, ver que se siente, practicarlo, graduarlo, entender los tiempos, cuánto irse, cuándo volver, en qué momentos soltar, alejarse, acercarse?.
Básicamente APRENDER.