intenso fin de semana distinto

Felicito cumplió 7 meses en la playa, caminando a upa mio por la orilla del mar, sereno, pleno, feliz como es él, sentí eso que se dice de que el sonido del mar se asemeja a lo que se escucha en el vientre materno, con ese arrullo y en mis brazos se fue acomodando y entregado sobre mi se quedó dormidito, mientras yo caminando por la playa hacía una de las cosas que más me gusta hacer en esta vida, conectar con el universo y su totalidad en ese escenario infinito.

Este momento fue la perla del fin de semana, momento preciado, media hora de plenitud, todo valió por ese ratito que queda en mi alma signando una eternidad de amor materno.


Félix con su capuchita verde agua, su buena onda y sus ganas de estar a la altura de las circunstancias me colma de paz y agradecimiento el corazón.

Andi grande, canchero y genial, impetuoso y muy televisivo (creo que conocer programas nuevos lo salva del ruido de sus hermanitos bebes), descubriendo mundo adulto sin parar y acusando recibo de esto y tantas otras cosas que piensa, entiende y siente de una forma poderosamente intensa.

La sensibilidad de Andrés me conmueve tanto o más que un tema de los Beatles que cada vez que lo escucho se me caen las lágrimas de la emoción.

"Mami después de estar tantos días todos juntos todo el tiempo mañana cuando me vaya al jardín los voy a extrañar a todos ustedes" .

Especialista en poner en palabras intensidades afectivas.

Brunito dulce y amoroso, sin saber si prefiere ser grande como Andrés y ponerse a dibujar, o bebito como Félix y querer upa todo el tiempo, pero logrando mientras tanto ser un ser exclusivo, único y absolutamente suavecito.

Pide "fideos con salsa" con tanto amor y convicción que el padre es capáz de ir a la luna a buscar tomates si hace falta para poder cocinárselos con todo el arte del amor.

Bruno es como una nube fresca, una tela de algodón de buena calidad, un bombón de dulce de leche re logrado, fuerte, firme y hermoso.

Me acordé todo el tiempo de eso que dijo Andre un día en una reunión cuando Graciela le preguntó - "¿qué tal las vacaciones Andrea, descansaste?,
y ella respondió - "yo desde que tengo a Martín lo que hago en vacaciones es despejarme pero descansar no".

Tres niños son un montón, mucho, mucho en todos los sentidos posibles, en el laburo, en la exigencia y en la plenitud y la gracia que traen a nuestras vidas.

Si hay un lugar que me conecta con las sensaciones más poderosas y expansivas de la vida es la orilla del mar y su inmensidad, una vez más.