Wednesday, December 12, 2007

"La maternidad te cambia para toda la vida"


Del Capítulo 5 del libro "El cerebro femenino" de Louann Brizendine

EL CEREBRO DE MAMÁ

"La maternidad te cambia, porque transforma el cerebro de una mujer, estructural, funcional y en muchas formas, irreversiblemente.

Este cambio cerebral da origen a un cerebro motivado, siempre atento y decididamente protector, que obliga a la nueva madre a cambiar sus reacciones y prioridades en la vida. Se ligará con ese ser como no se ha ligado nunca con nadie. Las alternativas son la vida y la muerte.

En la sociedad moderna, en la que las mujeres no son sólo responsables de parir niños sino de sostenerlos económicamente, estos cambios en el cerebro crean el conflicto más profundo en la vida de una madre.

Cuanto más intensamente hagas algo, más células asigna el cerebro a dicha tarea, ...

La biología puede invadir circuitos a pesar de nuestras mejores intenciones y gran cantidad de mujeres experimentan los primeros síntomas del "cerebro maternal" mucho antes de concebir un hijo, especialmente si lo han estado intentando durante un tiempo. El "deseo del bebé" - el ansia profunda de tener un hijo - puede afectar a una mujer poco después de que haya acunado al recién nacido, suave y cálido, de otra.

El suave olor de la cabeza de un niño lleva feromonas que estimulan al cerebro femenino para que produzca la poderosa poción del amor - la oxitocina - creadora de una reacción química que induce al deseo de bebé.

El tacto de la piel de su bebé, el aspecto de los deditos de manos y pies, los breves llantos y gritos entrecortados quedan ya tatuados en el cerebro de la madre. En el plazo de horas o días, puede embargarla un abrumador afán de protección y se establece en ella la agresividad maternal. Su fuerza y resolución de cuidar a ese pequeño ser y de protegerlo se apoderan por completo de los circuitos cerebrales maternos. La madre siente que podría parar la marcha de un camión con su propio cuerpo para proteger al bebé. El cerebro se le ha modificado y junto con él la realidad. Tal es quizás el cambio de la realidad más importante que ocurre en la vida de una mujer.

Igual que un sistema global de actitud humana, los centros cerebrales de una madre para la vista, el sonido y el movimiento están orientados a monitorizar y seguir a su bebé. Esta vigilancia incrementada puede adquirir todas las formas posibles, dependiendo de la amenaza que una madre perciba contra la seguridad y estabilidad de su "nido". Incluso es algo normal el replanteamiento de las obligaciones del marido como proveedor.

Los circuitos cerebrales maternos cambian también en otros aspectos. Las madres pueden tener mejor memoria espacial que las que no han tenido hijos y pueden ser más flexibles, adaptables y valerosas. Tales son las habilidades y talentos que necesitarán para custodiar y proteger a sus bebés. Si han tenido por lo menos una camada, las hembras de rata, por ejemplo, son más atrevidas, muestran menos actividad en los centros del miedo de sus cerebros y se desempeñan mejor en las pruebas de laberintos porque tienen más memoria; además son cinco veces más eficientes para cazar presas. Estos cambios duran toda la vida, según han visto los investigadores. Las madres humanas pueden compartir estas experiencias. Semejante transformación es válida también incluso para madres adoptivas. En tanto permanezcas en contacto físico continuado con el niño, tu cerebro emitirá oxitocina y reformará los cirucitos necesarios par hacer y mantener el cerebro maternal.

La dopamina se incrementa en el cerebro maternal por el estrógeno y la oxitocina. Es el mismo circuito de recompensa disparado en un cerebro femenino por la comunicación íntima y el orgasmo.

Los crecientes vínculos incluyen los efectos de críar al niño dándole el pecho. La mayoría de las mujeres que amamantan a sus bebés reciben un beneficio extra: el estímulo regular de los más agradables aspectos del cerebro materno. En cierto estudio se dio a ratas madres la oportunidad de apretar una barra y obtener una pizca de cocaína o apretar otra barra y que un cachorro de rata viniera a chupar sus pezones. ¿Cuál creéis que preferían? Los chorros de oxitocina en el cerebro superaron siempre la toma de cocaína. Puedes imaginar en qué medida dar de mamar refuerza la conducta maternal; tenía que ser útil para garantizar la supervivencia de nuestra especie. Cuando un bebé coge el seno de la madre con sus manecitas y chupa el pezón, desencadena flujos explosivos de oxcitocina, dopamina y prolactina en el cerebro de la madre. Empieza a fluir la leche del seno. Al principio, todos aquellos tirones en tus pezones secos y sangrantes te pueden hacer pensar que será imposible superar otro día de tortura por culpa de la lactancia. Sin embargo, después de unas cuantas semanas - si no te has sentido arrastrada al harakiri - tendrás la capacidad de sosegar a tu bebé chillón y calmarte tú misma gracias a la lactancia. En el plazo de tres o cuatro semanas, la experiencia empieza a ser totalmente placentera; y no sólo porque el dolor haya cesado. Empiezas a esperar la hora de dar el pecho, a menos que estés tan corta de sueño que pases el día medio dormida. Pero en cierto momento de los pocos meses iniciales, podrás darte cuenta de que dar el pecho se ha vuelto fácil y de que lo disfrutas de verdad. Te baja la presión sanguínea, te sientes tranquila, relajada y te meces en olas de sentimientos de amor por tu bebé inspiradas por la oxitocina".


Bueno paro acá, pero la verdad es que podría seguir copiando partes de este texto porque siento que describe muy bien sensaciones y vivencias que tuve y que tengo en relación con la maternidad, pero se haría larguísimo el posteo y creo que ya dá perfectamente cuenta de lo que quiero compartir:

que la maternidad te cambia la vida para siempre,

que los límites y los amores se vuelven extremos,

que surge un conflicto eterno entre lo maternal y lo productivo que conviven en una mujer,

que los olorcitos de bebé son más poderosos y atractivos que el mejor perfume importado,

que la atención y los cuidados que una tiene como madre nadie los puede igualar,

que te surge una fuerza más intensa que cualquier fuerza que te pueda haber dado cualquier otra experiencia en la vida,

que ser madre es tener esa capacidad de adopción de los hijos más allá de que hayan salido o no de tu propio cuerpo,

que el lugar de la sexualidad cambia de plano en épocas de crianza,

que ser madre es una experiencia más alucinante y vertiginosa que cualquier droga que pudieras probar,

que darle la teta a los hijos es una experiencia superior y que no hay palabras que puedan describir la plenitud que se siente,


3 comments:

  1. Anonymous4:49 AM

    Siempre es un bàlsamo leerte Ximena.
    Pienso que no tendrìan sentido los "grupos de apoyo " a la lactancia si a las niñas se les enseñara de pequeñas este arte natural ,si crecieran viendo còmo las mujeres que conocen amamantan a sus niños...no habrìa que aprender nada de adultas ...porque nos lo han transmitido otras mujeressiendo aùn niñas...
    Como dice Laura Gutman ,hemos dejado de nacer en casa ,para ir a hacerlo a un hospital,anestesiadas,cortadas muchas veces,sin respeto por los tiempo de cada madre y bb,separadas en muchos casos de nuestros hijos...y aceptando ingenuamente todo lo que nos dicen(teta cada tres hs,que duerma solo,te està tomando el tiempo,y tantos etc mas...) desoyendo la voz interna ,la NATURALEZA SALVAJE ,al decir de C.Pinkola Estès: esa VOZ-brujula que en momentos de confusiòn nos dice-"por aquì,...por aquì...- con amor Marcela

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  2. Bueno Marcela gracias por todo lo que me decís. Creo que no hay que idealizar tanto, las cosas van siendo como son y bueno, alegrémonos de tener la posibilidad de darnos cuenta de lo que queremos y elegir. Un beso

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  3. Anonymous10:20 AM

    Apasionante!! Lo leería mil veces! Pero me da terror que se me instale nuevamente el deseo irrefrenable de tener otro bebé! jajaja!!
    Gracias por transcribir ese texto tan lindo!

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