Friday, November 12, 2010

RELATOS LUMINOSOS - ¿Existen los viajes de vuelta?

Inauguro en mi blog un espacio para publicar relatos de experiencias de expansión personal, fluidez, crecimiento y contacto con la afirmación de la vida.

Invito a participar en esto a los que quieran compartir relatos propios.

Dándole la bienvenida a este canal de contacto
comparto algo que me llega al alma,
de Martin Pato:



¿Existen los viajes de vuelta?

"Buscar un lugar y elegir a dónde ir a pasar unos días tranquilo, tal vez acompañado de amigos, pero con el fin de conectarse con uno mismo, es un poco complicado. Debo reconocer, entonces, que arranqué con ventaja. Córdoba era una decisión tomada. Esa burbuja de viento inexplicable (como lo describió Cele) que fue el viaje a Nono del año pasado me conectó con esta provincia de una forma muy especial. Este año, Tanti, San Marcos Sierra y Capilla del Monte eran las posibles opciones. Indecisiones, amigos que se subían y bajaban de un día para el otro, la fecha del finde largo de octubre que se acercaba, entre otras cosas, fueron motivos suficientes para cargarme el viaje al hombro y tomar todas las decisiones. Tampoco era algo trágico, más bien todo lo contrario, pero estaba medio como con las energías dispersas y con el ánimo muy cambiante, lo que me hacía dudar de todo. Lo interesante de sentirme así fue que me ayudó a dejar libre el instinto, y la gran Internet me puso frente a los ojos a Yacu Yura, un centro de educación integral para la conciencia, el arte y la ecología. Me dispuse a leer de qué se trataba y me entusiasmé. Si bien lo percibí como un lugar que tenia que ver con el momento que estoy viviendo, útil al proceso que estoy tratando de comprender y cercano a los caminos que últimamente me entusiasman, nunca se me ocurrió que ese lugar y las increíbles personas que lo habitan resonarían tanto en mí. En cuanto se lo conté, Agos y Cele se coparon con mi mambo, con el lugar (tal vez no tan convencidas pero si confiadas) y resolvieron sumarse. Entre coordinaciones y encuentros llegamos a Capilla y de ahí nos fuimos para Aguas Claras (significado de Yacu Yura) a comenzar nuestro finde largo. Jimmy nos esperaba en este monte ubicado a mitad de camino entre San Marcos y Capilla.

Acá ya no se cómo seguir. No quisiera hacer una descripción, pero tampoco me salen las palabras para contar lo que me generó pasar 3 días en ese lugar. Haciendo el intento, me viene la sensación de Yacu Yura como una especie de red gigante de contención para ser uno mismo. Ahí te sentías desubicado o por lo menos raro si realmente no ponías un poco de energía e intención en conectarte con tu esencia. Lo sentí así. Todo el tiempo estábamos abrazándonos con todos y entre todos, los 6 o 7 que estuvimos esos días. Cada abrazo formaba parte de la red que no me dejaba caer muy profundo ni golpearme cuando comenzaban a brotar de mí las facetas que menos me gustan y las emociones que más me cuesta sobrellevar. Esto sucedía bajo la ‘sutilidad’ inmensa de Jimmy, un personaje maravilloso. Californiano de 50 y pico de años, barba blanca larga igual que el pelo, filósofo, astrólogo y psicólogo, maestro de Kundalini yoga, amor hecho persona, amor llevado a la práctica, pero no amor idealista o utópico, amor tangible y experimentable. Este tipo nos despertaba todos los días a las 4 de la mañana y nos esperaba en el domo para cantar mantras, practicar Kundalini, meditar y seguir cantando mantras hasta las 8hs, momento en el cual nos miraba y nos decía: ‘Buen día chicos, como están?’ en un español medio raro y mal conjugado, muy similar al de Luca Prodan. Luego de esta práctica venía el desayuno naturista. Inentendiblemente no sentía tantas ganas de desayunar, a pesar de haber cenado verduritas a las 20hs del día anterior. Después de cada práctica desbordaba de energía y vitalidad, también de amor y alegría. El hambre y esa ansiedad que a veces me genera la comida pasaban a un segundo plano, y hasta por momentos llegaban a desaparecer. La conciencia sobre la alimentación y la comprobación práctica de la cantidad necesaria y el tipo de alimentos que necesita el cuerpo para estar saludable, fueron cosas que me llamaron mucho la atención. Así comenzaba cada día, movilizado hasta las bolas y corrido totalmente de lo que por momentos, en mi vida cotidiana en Capital, me creo que soy yo. El resto de la jornada no era menos que su comienzo, y entre diferentes actividades como reciclado de basura, limpieza, huerta, lectura, caminatas y descansos, estaban los círculos. Momentos súper energéticos donde nos reuníamos todos a cantar, bailar y charlar. Todo a pura conciencia y trabajando mucho en la ardua tarea de estar y sentirnos presentes, plenos y conectados con nosotros mismos, con los demás y con los 4 elementos: tierra, aire, fuego y agua. Estas danzas y cantos daban comienzo y fin a profundas charlas y ejercicios de autoconocimiento y conexión con las emociones. Acá se me complicaba un poco la cosa. Me quedaba medio raro por momentos, me venían sentimientos de bronca y tal vez miedo, pero lo positivo era que no me impedían meterme en el proceso. Lo transitaba, lo integraba, a pesar/y gracias a los lapsos que tenía donde me parecía que estaba sobrepasando mis capacidades de percepción, de reacción a estímulos e incorporación de información. Como dije antes, no parábamos de abrazarnos, y este era uno de esos momentos. Situación genial en la que después de desnudar las emociones (o por lo menos intentarlo) y hacer conciente algunos mambos, debilidades y miedos, venían los abrazos con cada uno de los que formábamos parte del círculo, y que implícitamente querían decir: ‘ves que no pasa nada, estamos todos en la misma, esto nos pasa y nos cuesta a todos, yo soy vos y vos sos yo’. La red funcionaba a la perfección.

A todo esto, mi ego, mi ateísmo y mi individualismo no sabían bien como reaccionar ni dónde ubicarse entre tanta espiritualidad y vida en comunidad. Forman parte de lo que soy, por lo tanto ocupaban un espacio dentro de mí que se manifestaba con dudas, desconfianza e incertidumbre. No usaría la palabra ‘resuelto’, pero sí diría que todo quedó aparentemente encauzado y ocupando un armonioso lugar dentro de mi vida cuando Jimmy, en el último círculo del tercer día, desplegó una serie de cartulinas con gráficos. Sacó a relucir sus facetas más racionales y cognitivas explicándonos durante unas 4 horas, la teoría de La Visión Integral de Ken Wilber. Quedé flasheado con este enfoque totalmente revolucionario sobre la vida, dios y el universo. Nada de ideologías ni tampoco de retiros espirituales súper ortodoxos anti-mente, sino más bien como dar sentido a nuestra vida y a nuestra conciencia para navegar a través del siglo XXI. Nos presentó un mapa global e integral (se integra todo, filosofía, teorías y desarrollos de oriente y occidente, de todos los tiempos) de nosotros mismos y el mundo en el que nos encontramos. Siento que no puedo explicar mucho más por escrito, hay que meterse de lleno en los libros de Wilber e investigar. Pero si tengo que quedarme con 2 palabras de todo este nuevo espectro que se me abrió creo que serían trascender e integrar. Qué más decir, llegué a Capital súper perceptivo, espiritual, conciente y entusiasmado con este camino de la práctica integradora, que parece ser la gran clave de esta Era de Acuario que está comenzando."


http://www.sobrenuestrocadaver.blogspot.com/
es el blog de Martin

2 comments:

  1. Rescato la decisión de Martín de ponerse el "viaje sobre sus hombros" ante la indecisión de los demás, y hacerse cargo de su deseo.
    Lo que dice de la era de Acuario es así, y viene acompañado por la caída de las estructuras tradicionales y el paso de lo íntimo-individual a lo colectivo, aunque algunos no compartan esto último.
    Estos movimientos son constatables astronómica y astrológicamente, y lo avisoraron los Mayas hace miles de años. Pero lo más importante sigue siendo lo que hagamos todos los días. "Amor y paz" no es sólo declamación y un abrazo cura. Volvámonos a encontrar! Abrazo para ambos.

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  2. impresionanate! y me emociona leer este tipo de relatos, yo estoy desde hace un tiempo transitando por la vivencia de la biodanza que tiene muchos puntos de contacto con lo que acabo de leer, se están dando cada vez mas estos lugares maravillosos, de encuentro autentico con uno mismo y con los demás, son lugares sanadores llenos de amor y contención y eso me alegra un montón, de las cosas positivas de estos tiempos, no?

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