Friday, January 18, 2008

Semana 29

Hoy cumplimos 29 semanas de embarazo y no puedo creer lo rápido que se está pasando, y me pone contenta ver lo bien que lo llevamos. Hablo en plural porque somos muchos los involucrados, padre, hermanos y yo. Hasta ahora las vicisitudes caben muy dentro de lo esperable y las movilizaciones, muchas, son las necesarias para procesar todo lo que estamos viviendo.

La página de embarazo dice asi:

Bebé: el bebé ya tiene apariencia de recién nacido. Tu bebé mide 35 cm y pesa 1,150 kg.

Mamá: algunas mamás sufren de acidez durante el embarazo. Esto se debe a los cambios hormonales que se producen en tu cuerpo y a que el estómago se comprime a medida que tu bebé crece. Preferentemente comé porciones pequeñas en forma frecuente. No ingieras antiácidos sin consultarlo con tu médico.

Sugerencias: probá colocar almohadas entre tus piernas para dormir más cómoda y relajar los músculos de la espalda.

Tal cual. Siento grande al bebe, sus movimientos son fuertes, ocupa mucho lugar adentro mío, mi panza está gigante y me cuesta dormir. Lo de las noches es increíble, cómo una y su cuerpo se prepara para ese dormir intermitente que traen los bebes.

Ansío el momento de tener a mi bebe Felix apoyadito encima mio, esos primeros días de nacimiento son tan luminosos, ese estado como de estar suspendida en el aire en el que quedo después de que el bebito sale de adentro mío.

Son días en los que no hay noción de tiempo ni espacio, son puros momentos de eternidades que me atraviesan y trascienden.

Me encanta esa sensación enorme, indescriptible de ser parte de un todo enorme y universal en el que cada pieza tiene su sentido.


Andrés le dá besos a la panza cariñosamente, Brunito le pega y se me tira encima "mami, mami" y me abraza toda.

Pienso y siento en mis hijos la hermandad, me maravilla, ese entretejido de afectos y emociones que se va construyendo en el día a día, en el compartir.

Se acompañan, son referentes el uno del otro, se celan, se cuidan, se sacan las cosas y también se las prestan, se miden, se abrazan, se quieren, se enojan, se siguen, se calculan, se buscan, se ríen juntos... y nos hacen muy felices.

Lo que no logro es lo de reducir las porciones de lo que como, todo lo contrario y aunque después quedo llena y pesada al otro día vuelvo a comer todo lo que puedo, el embarazo me dá mucho hambre. Ya habrá tiempo de recuperar la silueta, ¿habrá?, espero que sí.

1 comment:

  1. HOla Ximena!
    Encontré tu blog por esas causalidades de internet, navegando de un blog a otro, paseando por los links recomendados y aquí me encuentro con este relato de tu embarazo.

    Supongo que ya siendo madre de 2, tenés la respuesta a tu última pregunta. Se puede, claro que cada vez lleva más esfuerzo y cada vez se puede comer menos las cosas que siempre nos gustaron pero bueh!!, ahora no es momento de preocuparte por eso!. Si querés comer comé! jaja. (cualquier semejanza con la frase de Moria es pura casualidad).

    Te dejo un saludo y seguiré leyendo por aquí.

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