"El que busca encuentra"
me decía Ñata (mi abuela)
y sí, tenía razón.
Claro que cuando me lo decía yo no podía ni imaginar que esa frase se volvería tan aplicable a mi estilo de vida.
-Siento que soy básicamente una buscadora existencial-.
Ella, mi abuela, decía cosas asi, y yo me quedaba pensando.
Hasta me acuerdo la esquina de Mar del Plata en la que trataba de decifrar eso de que "el que busca encuentra",
tendría 9, 10 años.
Hoy por hoy, tengo 39,
y siento que la vida es eso,
una búsqueda permanente de encuentros y desencuentros.
Los momentos encontrados son fabulosos y los desencuentros...
bueno... dependerá de la situación.
Este año inicié una búsqueda -una búsqueda que tiene que ver con priorizar el amor y la integridad- y creo que voy por buen camino,
aunque me siento por momentos bastante perdida y desintegrada.
Pero es un perdida tranquila, entusiasmada, confiada,
es un perdida sabiendo que perderse es parte del camino de encontrar, encontrarse, reconocer, reconocerse.
De la mando de la "Danza de los 5 ritmos" con Marisa Cheb-Terrab,
se me está abriendo una ventana impresionante.
Es como un canal por el que todo fluye,
es un espacio conocido y a la vez por conquistar.
Es una frecuencia que trasciende.
Es un horizonte iluminado.
Abrir una ventana que es propia pero que un tiempo estuvo cerrada,
cuando la mirada capta mucho más lejos que lo que veías antes,
es ¡¡guau!! indescriptible sensación.
El cuerpo tiene memoria, el cuerpo es memoria, el cuerpo es todo.
Somos cuerpo.
No sé qué rumbo tomará este blog, pero no importa,
será siempre fiel a su nombre, a mi misión, la expansión personal,
un vamos viendo... siguiéndole el ritmo a la vida.
Gracias a Shona que durante un año me tentó mandándome la info y regando en mi la semillita danzarina.
Gracias a mi amiga Mari que en el momento adecuado me dijo "vos tenés que ir a 5 ritmos" y tuvo razón!
