Después de la primera vez que la vimos Brunito se pasó la semana diciendo "al cine otra vez, a ver kung fu panda", Andi menos convencido "porque tiene partes tristes" igual se entusiasmó con la idea de ir a verla una vez más, sobretodo cuando le propusimos al papá que nos acompañara. La sensibilidad de Andres y la dulzura de Bruno no paran de conmoverme.
El Museo de los Niños también lo super recomiendo porque si bien es caro es un lugar alucinante, está re bien hecho, con mil propuestas para los chicos, actividades piolas, muy cuidado y limpio. Se puede pasar allí la tarde entera, salir a tomar algo y volver a entrar, cosa que porsupuesto hicimos.
En el stand de la fábrica de leche Brunito abrazó a las vacas mientras les decía a cada una con mucho cariño "amiga mia". Lo interesante es que Bruno es un niñito vegetariano por naturaleza, no le gusta la carne. A su hermano le interesó más el sector de distribución de latas de leche envasadas.
En el stand de la obra en construcción, que fue en el que más tiempo pasamos, Andi se puso el delantal, el casco, dijo "bueno, a trabajar" y lo hizo con mucho compromiso y concentración, Brunito como siempre lo siguió de cerca. Quedaron felices y agotados, y yo con la ilusión de que llegaban a casa dormidos. Más no fue asi, y una vez más la entrega al sueño no sucedió ni tan rápida ni tan directamente como yo quisiera o necesitaría en semejante estado de agotamiento.
En el stand de la obra en construcción, que fue en el que más tiempo pasamos, Andi se puso el delantal, el casco, dijo "bueno, a trabajar" y lo hizo con mucho compromiso y concentración, Brunito como siempre lo siguió de cerca. Quedaron felices y agotados, y yo con la ilusión de que llegaban a casa dormidos. Más no fue asi, y una vez más la entrega al sueño no sucedió ni tan rápida ni tan directamente como yo quisiera o necesitaría en semejante estado de agotamiento.
La verdad es que es un hermoso programa para hacer con los chicos, entregarse al juego y disfrutar sin tiempos. Claro que hay que sobrevolar la cantidad de gente y todas las implicancias de la entrada a un shopping en vacaciones de invierno infantiles, pero vale la pena.
Todos estos planes son posibles gracias a mi mamá que con mucho amor y dedicación me cuida a Felixito, quien cuando no me ve en toda la tarde se dedica, como corresponde, a mantenerme despierta hasta bien pasada la medianoche y nunca logro dormirme temprano... ¿y qué me creia que iba a ser tener tres hijos?.
Felix tiene otros requerimientos y me brinda también otras plenitudes.
Hijitos mios, paquetitos de amor, hermosos, cargados de vida, maravillas del mundo, agotadores, incansables, energías poderosas, ansias ilimitadas, caritas luminosas buscando verdades, sentidos de mi vida, amorosos, bombones universales, demandantes, ricos, inmensamente queribles, que trajeron a mi vida una luz de felicidad que nunca imaginé que podía existir antes de sus preciadas existencias.