Monday, February 09, 2009

"Las diosas de cada mujer" de Jean Shinoda Bolen - 3

Diosas vírgenes

"Cada una de las tres categorías de diosas - virgen, vulnerable y alquímica - tiene una calidad de conciencia característica.

La conciencia centrada sobre algo tipifica a las diosas vírgenes. Las mujeres que son como Artemisa, Atenea y Hestia, poseen el talento de concentrar su atención en lo que es importante para ellas.

Tienen la capacidad de concentrarse en lo que hacen. Cuando lo hacen, pueden excluir fácilmente cualquier cosa ajena a la tarea que tienen entre manos o a la meta a largo plazo.


Yo considero la conciencia centrada sobre algo análoga a un intenso rayo de luz enfocado, dirigido voluntariamente, que sólo ilumina aquello que enfoca, dejando todo lo que queda fuera de su radio en la oscuridad o en las sombras.


Cuando una mujer puede concentrarse en resolver un problema o alcanzar una meta, sin ser interrumpida por las necesidades de los que le rodean, sin prestar siquiera atención a sus propias necesidades de comida y sueño, posee una capacidad para la concentración consciente que conduce a las realizaciones. Presta su "atención no dividida" a cualquier cosa sobre la que esté trabajando.


Artemisa, diosa de la caza, renunció a la ciudad, evitaba el contacto con hombres y pasaba su tiempo en plena naturaleza con su grupo de ninfas.


Las mujeres Artemisa están representadas por "individualistas acérrimas" que se las arreglan solas y que hacen lo que les interesa, sin apoyo personal o aprobación por parte de los hombres ni tampoco de otras mujeres.


Por contraste, Atenea, diosa de la sabiduría, se unía a los hombres como igual o superior en las cosas que éstos hacían. Su adaptación fue la identificación con los hombres: se hizo como uno más de ellos.


Por último, Hestia, la diosa del hogar, siguió un camino de introversión para adaptarse mediante el alejamiento de los hombres. La mujer que adopta esta manera de ser minimiza la importancia de su feminidad para no atraer el interés no deseado de los varones, evita las situaciones competitivas y vive tranquilamente, al tiempo que se inclina más hacia los quehaceres cotidianos o la meditación, que dan sentido a su vida.


Las tres diosas vírgenes no eran alteradas por sus experiencias con los demás. Nunca se veían sobrepasadas por sus emociones ni por otras deidades. Eran invulnerables al sufrimiento, incólumes a las relaciones e impermeables al cambio.


Del mismo modo, cuando más concentrada está una mujer en su propio camino, más probable es que no se vea afectada profundamente por los demás. Esta concentración puede separarla de su vida emocional e instintiva, al igual que de sus vínculos con los demás. Psicológicamente hablando, a menos que haya sido "penetrada", nadie ha logrado "llegar a ella". Nadie le importa realmente y no sabe lo que es intimidad emocional.


Así, si una mujer se identifica con el patrón de una diosa virgen, puede que lleve una vida unilateral y frecuentemente solirtaria sin ningún otro "realmente significativo". Sin embargo, aunque una diosa permanece limitada a su papel, una mujer humana puede desarrollarse y cambiar a lo largo de su vida. Aunque de manera innata sea semejante a una diosa virgen, tal vez descubra también lo que Hera tiene que enseñar sobre las relaciones responsables, sienta las llamadas del instinto maternal y aprenda de Deméter, o puede enamorarse y descubrir de manera inesperada que Afrodita es también una parte de ella."

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