Los abuelos dicen cosas que ahora las escucho y me llegan a resultar graciosas, sí digo ahora,
ahora que ya tengo tres hijos y no doy abasto porque la vida se encargó una vez más de señalarme que todo no se puede,
ahora que entiendo mejor el sentido del paso del tiempo y que veo la riqueza de introducir ciertas diferencias de criterios en la crianza de mis hijos,
ahora que nada amenaza mi sensación de que la madre soy yo y sé lo que hago porque aprendí a creer en mi intuición,
ahora que puedo reconocer y agradecer y desear sus ayudas y cercanías con todo mi corazón,
ahora que veo cómo son los entramados generacionales y el valor que aportan, los que nos criaron, los que en algún momento fueron nuestros únicos referentes, la importancia y el lugar que tienen y que hay que poder darles,
y no porque todo en mi infancia haya sido color de rosa, para nada,
ahora que logro vislumbrar lo que se debe sentir si tus hijos tienen hijos que son tus nietos,
esto me quedó re claro un día que me encontré con Bruno Winograd y le comenté: - "me encuentro siempre con tu hijo y tu nieto por el barrio",
y él me contestó: - "querrás decir con mi nieto y el padre de mi nieto".
Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, hasta les hice leer a los abuelos algunos libros de crianza, para que fueran entendiendo mis criterios.
Los amorosos los leyeron y me los comentaban con ilusión y expectativa. No sé cuánto les importaba lo que leían ni mis criterios, lo que sí se notaba era que estaban ávidos de poder estar cerca nuestro para recibir al nietito tan esperado.
En este momento estoy arriba escribiendo y los escucho a los chicos que están abajo jugando con los abus,
le dice Silvi a Bruno: "jamás un niño camina con un vaso de vidrio en la mano".
Mi mamá suele decirles cosas como: "a los grandes hay que hacerles caso siempre",
"eso no hay que decirlo ni en broma".
El abu un día le habló a Andi de la importancia de ponerse siempre el cinturón de seguridad, con una seriedad tal que Andrés cada vez que subimos al auto se asegura de que todos estemos bien atados.
Mamá y Silvi se fijan y comentan casi cada vez que los ven, si están más rellenitos o más flaquitos, o más altos, o con más picaduras, o con menos mocos.
Ni qué decir de cómo ambas miran si les enjuago bien el pelo cuando los baño, sé que piensan ¿si será que uso el agua estancada de la bañadera y no la que sale limpia del chorro, y por eso se lo ven en general tan opaco?.
A ellas les encanta bañarlos, creo que porque asi se aseguran de que los chicos quedaran bien enjabonados, limpitos y con los cabellos brillantes como corresponde.
Recién Andi y Bruno peleaban entonces el abu les citó al Martín Fierro "los hermanos sean unidos..."
¡Genial!.
Ahora me puedo reír tranquila de estos dichos y estilos, puedo ver lo bueno que es para los chicos escuchar esas cosas que dicen los abuelos.
"Cosas raras", cosas que los padres cuestionamos y criticamos, tal vez.
Puedo sentir que es enriquecedor para mis hijos, que los ayuda a aprender a pensar, a conocer, a flexibilizar, a relativizar y tantas otras cosas.
Últimamente me impresiono de cómo ahora entiendo tantas cosas del mundo adulto que hasta hace poco me parecían lejanísimas.
Me encuentro pensando y haciendo comentarios que en algún momento creí que nunca haría,
y no es que sea yo una persona conservadora ni tradicionalista, nada más lejos de mi.
¿Será que ahora que el lunes cumplo 38 años me puse más grande?,
¿será que Félix que el lunes cumple 10 meses me trajo mucha madurez?
Este año sentí la adultez como nunca antes lo había hecho en mi vida y está bueno.