imperdibles decires de los niños

que por suerte, o por ser madre muy cercana y por gustar mucho de como los chicos dicen sus cosas, no me los pierdo ni un poco, dentro de lo posible...


Estando Andrés y yo en un taxi parado debajo de un puente, el tren que pasa por arriba:


- "Mami ¿sabías que si te pasa un tren por arriba podés pedir 3 deseos?,
¿querés que te cuente qué pedí?:

El uno: es deseo poder construir robots, el dos: deseo transformarme en tigre,
el tres: que aparezca un tiranosaurio en la ciudad y se haga amigo de toda la gente",

- "¿y vos mami qué pediste?"

Y yo, como volvíamos del pediatra con una indicación de reposo absoluto para él, por una inflamación de la cadera, cosa común del crecimiento, me entero cuando empiezo a comentarla entre expertos con niños, pero bastante feo para nosotros que lo estábamos viviendo, le digo:

- "yo pedí que Andi se cure pronto, que Andi se cure pronto, que Andi se cure pronto"

Y él:
- "bueno Mami te propongo algo: que te cambio el del tiranosaurio para vos y yo me agarro uno de los que yo me cure pronto"



Al otro día me robaron mi celular,
uno bastante nuevo y hermoso, comprado en cuotas que seguiré pagando sin poder hacer uso del mismo.
Qué bronca me da!

Estaba con Brunito que me escuchó contarle a su papá:
- "... porque soy una pelotuda Ale, por eso me lo robaron, porque soy una pelotuda que no cerré el bolsillo de la mochila y..."

A la tarde Bruno le cuenta a Carmen:

- "¿Sabés que mi mamá es una pelotuda?"

y Carmen:
- "pero cómo decís eso de tu mamá?"

y Bru:
- "Sí porque perdió el celular y entonces dijió que es una pelotuda"

Felizmente los chicos juegan cada vez más solos y entre ellos, siento un placer enorme y me maravilla cuando escucho sus diálogos y ocurencias, mientras estoy haciendo alguna cosa por ahí:

Bruno: - "¡Mirá Andi encontré el power azul que no estaba!"

Andi: - "¡Genio Bruno genio!"

Bruno: - "Sí Andi qué buena onda, no?"

Y asi pasan los días,

y ellos van creciendo y nosotros también,

con sus avatares, con cosas lindas y con dificultades, con alegrías y preocupaciones y permanentes intentos de optimizar, de posibilitar, de abrir, de descubrir, de permitir, de poder, de que todo lo lindo y bueno se multiplique por mil...

sí, aunque sea mucho, aunque cueste y dé miedo,

el que no arriesga no gana.

Este fin de semana pude remendar, coser y tejer,

el sábado a la noche porque se quedó mi mamá a comer con nosotros y cuando me vió enganchada con eso que sabe que me gusta mucho, hizo todo lo posible porque yo no interrumpiera mi tarea, y se levantó de la mesa y fue y vino ella mil veces... que el agua, que se cayó, que la picadita, que yo no quería, que yo sí, que se golpeó, que cuidado, que no comas papel, que se cagó, que se mojó, que no jodas a los gatos, que correte, que no veo, que vení, que lavate las manos, que yo te acompaño ...

y el domingo porque decidí que quería hacerlo, y las decisiones propias bien tomadas hacen que todo se acomode a favor de lo que uno decidió.

Soy feliz cosiendo, tejiendo, se me ocurren millones de ideas de cosas para hacer, tengo telas, retazos, telitas, cintas, moños, apliques, canutillos, lanas, hilos, flores, lazos, guardas, galones, flecos, plumas, botones, puntillas... y de todo para tantas cosas que imagino, para poner, pegar, sacar, cortar, repasar, agregar, bordar...

Dice Pinkola Estes:

"... el arte de hilar y de tejer son de por sí unos medios de evocar o ser informados por el espíritu.

Hay pruebas fiables de que la elaboración de hilo y el tejido eran antiguamente unas prácticas religiosas utilizadas para impartir enseñanzas acerca de los ciclos de la vida, la muerte y el más allá."