qué fantástica esta fiesta

Siguiendo con las intimidades, casi terminando una semana fatal, con hijitos enfermos, demandas por demás, sensación de no puedo más, no dejan de venir a mi resonancias de la aventura de la que formé parte el pasado fin de semana.

Panzada de familia:

Como cuando era chica, pasamos todo un fin de semana juntos, en una circunstancia muy feliz.

Se casó mi primo Santi. Mi primo grande, como yo. Con quien compartimos el privilegio de difrutar una pareja de abuelos maravillosos por un tiempito mucho más corto del que hubiésemos querido.

Ya desde aeroparque salimos en grupo familiar, amoroso, divertido, mamá, tía, primos, con mucho por compartir.

Me lo llevé a Félix conmigo, los demás se quedaron acá.

Llegamos a Córdoba, hotel, restaurant, cena y grandes encuentros.

Más primos, más tíos, y amigos de primos que son como más primos porque comparten la onda familiar.

Y al otro día, más familia, familia por todos lados, familia querida, compleja, grande, humana. Y eso que no fueron todos.

Casamiento por Iglesia, ceremonia religiosa, emocionantísima!!,
no por lo religioso que más me quita la emoción con su frialdad y ascetismo, que lo que me aporta,
sino por los compromisos afectivos y los amores que emanaba ese grupo de gente celebrando esa unión.

Ver al novio, mi primo Santi, tan bien, tan íntegro, tan en sí mismo fue para mi una alegría inmensa.
Tenemos tanto vivido juntos y tanto compartido y sentido y ... uy! mil cosas, mil recuerdos, travesuras, momentos, tristezas, llantos, mordiscos, tirones de pelos, navidades llenas de juguetes y alegrías,

me acordé de cuando nos encontramos cruzando una avenida "casualmente" en Nueva York, no creo en las casualidades...

Me llegó tan profundo verlo a Santi asi y a mis tíos, sus papás tan orgullosos y emocionados,

sentí tanto amor, tanto gusto, me re emocioné, con muchas lágrimas de conmoción, feliz de poder llegar a esa intensidad sin ninguna traba mental.

Ser grande también sirve para sentir más, se siente más intenso, con mayor densidad, con un espesor existencial valiosísimo.

Y en esos momentos se agradecen y se valoran las marcas de la vida.

Anoche tuve un sueño con el que me angustié,
Ale me preguntó qué me pasaba,
le dije que estaba asustada,
¿miedo de qué? me dijo,
"miedo existencial", le respondí.
Sueño coronación del fin de semana.
Lo asocio con lo que explica Yalom en el libro "Mirar al sol", las experiencias de despertar que siguen a las grandes conmociones existenciales.

Me alegra y me gusta sentir hasta el fondo,

mi tía Silvia me mandó un mail en el que me puso que soy "disfrutadora y que cuánto me divertí",
sí, lo intento siempre, no siempre me sale, pero este fin de semana me re salió y fui MUY FELIZ!!.

Quiero agradecerle sobretodo a Santi que es quien generó esta movida y a su mujer MaJo que juntaron a sus gentes queridas que nos desplazamos hasta Córdoba desde varios, distintos y lejanos puntos del mundo, y lograron un clima de celebración existencial total!!.

Tal vez la ondísima del encuentro también tuvo que ver con eso. Con tantas energías conjugadas, con ganas de brindarle a los novios lo mejor.

Conocí gente re linda. Recibí un montón de buenas ondas.

Me hice amiga de Vicky, una mujer divina, que me invita a "relajarme" a Córdoba cuando quiera.

Se armó un grupo re copado, fue un flash total, nos reímos mucho.
Bailamos sin parar.
Compartimos momentos hermosos.

Mi tío padrino querido de mi corazón, un alma especial, bailó a la par nuestra.

Felixcito, mi hijito chiquito, fue un super compañero,
flasheó cuando el avión despegaba y disfrutó tanto de la fiesta que el comentario fue que "lo único que le faltaba era tomar champagne".

Y como si esto fuera poco tuve la suerte de compartir la habitación del hotel con mi hermano, con quien conviví muy poco, solo unos años, por nuestra diferencia de edades, cuando él llegaba yo me estaba yendo de casa.

El diálogo con él de ese despertar de domingo post fiesta fue genial.

Primas hermosas y amorosas, primos cariñosos y caballerosos.

Mamá y tías ayudadoras de crianza me acompañaron y me ayudaron con el sostén de mi bebé.

Fue un fin de semana de super fiesta, de alegría, disfrute y mucho amor. De esas vivencias que dejan marcas en el cuerpo y en el corazón.