Lo hermoso es vibrar en esas frecuencias de amor y maravilla en las que la vida se nos presenta y compartir, ser testigo, estar presente, entregados a recibir la inmensidad.
Y más allá de que podamos o no podamos parir en casa,
y más allá de que cada niño viene al mundo como viene,
y es perfecto en su ser...
Leyendo este libro me reconecté con esas sensaciones tan inmensamente intensas,
únicas, salvajes, eternas,
ser cuerpo puro, naturaleza, vida, alimento, realidad... resonancias de la perfección pura real concreta, dar vida.
Cito partes que me recontra conmovieron:
"Recuerdo que grité llena de emociones y en ese momento tan libre de aprensiones, de verguenzas y miedos, nuestro Simón me hizo sentir su primer arranque de su burbuja materna.
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No sentí dolor en ese momento, creo que la emoción del hecho de parir sobrepasaba cualquier sentimiento mundano. Era todo o nada, la belleza y la fealdad unidas perfectamente, igual al momento en que despedía a Amapola de mi lado." - Raquel Andrea, mamá de Simón.
"Nosotros nos quedamos en la cama (especialmente yo que estaba exhausta), y así fue el día del nacimiento. A los dos días yo ya estaba ordenando mi casa y caminando de acá para allá. Qué felicidad tan completa, tan rara. Lo miraba y no podía creer que había salido de mi panza, que había pasado nueve meses ahí escondido, y que ahora dependía de nosotros para sobrevivir, para aprender a amar." - Sole, mamá de Salim y Kamil.
"No estaba sola en ese abismo de intensidad. Fue hermoso, otra mujer me acompañó en ese espacio impronunciable, donde me sentía estallar en millones de pedazos. Un espacio donde comprendí secretos que no puedo conceptualizar, susurros lejanos de la Gran Madre, de la naturaleza, de la diosa, de ser Mujer y Mamá. En ese "estiramiento" de mis huesos y mi carne, se me estiró la vida, la percepción del mundo, el corazón, la paciencia... mi Ser,
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La sentí mojada, pesadita, una persona pez.
Y éramos Luz. Luz.
Me recosté, y ella sobre mi panza. Tardé unos momentos en elevarla a mi pecho y mirarla ya que yo estaba entre dos mundos, en un reposo inmutable. Me incorporé y la miré por primera vez. Me enamoré. Ojos casi humanos, una personita casi terrestre, pero no aún. Un ser de pura inocencia, dispuesta a recibir todo el amor que yo pudiera dar. Qué regalo, qué bendición!
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Atónita y bendecida por la Vida. Mi corazón abriéndose como nunca antes, y ya incapaz de cerrarse." - Victoria, mamá de Cristal.
"Los tres somos un solo bebe, que crece experimentando, lo vemos todo con ojos negros y despiertos, que admiran este mundo por primera vez.
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Porque es la energía del universo, su armonía esencial, la que permite que ya no seamos individuos caminando en estos senderos, sino tres seres amalgamados, como un pequeño mundo, que andamos en esta tierra como familia, enlazados por el amor incondicional." - Cecilia, mamá de Pedro.
"Enseguida viniste a mis brazos, a mi pecho. Tranquilo, sin llorar ni un poquito y frunciendo el ceño. Fue un instante irrepetible de magia absoluta, el instante extraordinario de mirarte por primera vez, todavía unido a mi cuerpo por el cordón que nos conectó durante nueve meses.
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Te dormiste enseguida, y con papá nos quedamos un rato largo mirándote extasiados, tratando de comprender en vano el milagro que nos regaló la vida con tu presencia." - Ariana, mamá de Lautaro.
"... Entonces una semilla de amapola germinó. Mi cuerpo fue su casa y nuestro amor su riego. Día y noche crecía imparable, mi humanidad se había detonado, cada parte de mi cuerpo sabía qué tenía que hacer, a pesar de la inestabilidad, los miedos y nuestra juventud.
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¡Esperar el nacimiento de un niño se vuelve un acontecimiento mágico!
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Así transitamos la primavera hasta llegar al verano, mi cuerpo se fue volviendo una pelota de energía, me sentía el ser más luminoso de la existencia. La creación de un ser humano en mi interior ya era un hecho.
Las últimas semanas pasaron, rápidas, lentas, ¡de todas formas!
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¡Qué maravilloso! En mis brazos tenía a un ser tibio y húmedo producto del Amor, íntegramente materializado por el Amor.
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Los niños iluminan nuestras vidas, nos enseñan el camino del Amor sin que nos demos cuenta. Cada nacimiento le brinda a la humanidad un camino nuevo hacia el amor." - Maia, mamá de Amapola.
Que bellos relatos. Sin duda vivr para contarlo para sentirlo y para llorarlo de emoción acad vez que ese magico momento se nos viene a la mente... maravilla de la naturaleza, salvaje, conexion real con todas las especies, muy animal muy especial, uno de los momentos de la vida en que nosotras podemos ser realemnte nosotras, centro del universo, generadoras de seres perfectos luminosos radiantes... eso y mas, mucho mas es parir... indescriptible y muy "sentible" eso! sentible hasta las lagrimas!
ReplyDeleteGracias Xime por compratir este material!
Que lindo Xime!!!
ReplyDeleteSabés que estoy en eso y que después de haber tenido nuestro primer parto en casa y de estar próxima a parir nuevamente, leo y releo el relato de mi propio parto y otros que me llegan o tengo en libros. A este libro no lo conocía, pero estos pedacitos que compartís me encantaron....Estoy llena de expectativa y curiosidad por conocerla y por vivir nuevamente el parto, que creo que como segundo parto será toda una nueva experiencia! Ya te contaré!!!!!
GRacias Xime y muchos besos!
Lindos relatos.
ReplyDeleteQue dicha para las que hemos tenido hijos ese instante de gloria.
saludos