Muchos y lindos mensajes de reconocimiento y buena onda por todo lo compartido, ganas de seguir acompañándonos y mucho por delante, por vivir, por hacer y sentir. Gracias a todos los que dicen cosas lindas, se manifiestan y protagonizan, es bueno y me estimula tenerlos cerca.
Cuesta retomar después de idas y venidas, de casa a la costa, unos días de mar, alegres, exigentes, mucha playa, juegos infantiles, poca lectura y cero momentos de soledad. Volvemos a la ciudad y nos volvemos a alejar y hay que adaptarse de nuevo a otro lugar, que está buenísimo pero fluir en estas circunstancias no sale fácil.
Raro, raro y en la rareza se ve diferente. No todo nos gusta, mucho por desidealizar, mucho por construir. Asi es la vida, momentos que nos van transformando y en ese movimiento crecemos y nos afianzamos, somos quienes somos pero también quienes queremos ser y trabajamos para eso. A veces cuesta más que otras veces, a veces sale más fácil.
Hace calor, llueve, asoma un vientito que nos dá tregua y enseguida de nuevo sale el sol, y asi empezó este 2mil8 que trae intensidades. Asi es la vida y eso es lo que la hace deseable.
Brunito me necesita, me pide upa, dice "panza, panza" y me la toca, está hermoso y cada día incorpora una nueva palabrita que nos sorprende y nos llena de amor. Y sí, mi panza está grande, grande, y el bebito se mueve sin parar, como recordándome todo el tiempo que dentro de unos meses va a estar entre nosotros, y yo entre felicidad y angustia pienso cómo voy a hacer para cuidar a los tres sin restarle demasiado a nadie.
El embarazo me resulta tan pleno y hermoso como desestructurante y vertiginoso, me hamaco en mis sensaciones y la falta de rutina las aumenta. El cambio de trimestre se manifiesta con toda su fuerza, ya no es un comienzo de embarazo, ya no es una ilusión, ya está instalándose entre nosotros, la realidad se impone: tengo tres hijos, es un montón. Me asusta bastante y también y a la vez es un sentido existencial alucinante.
Andrés ve la tele más de lo que me gustaría, extraña a sus amigos, disfruta de su papá con más tiempos disponibles. Nos cuestiona y desafía, nos hace saber claramente que crece sin parar, nos sorprende, nos encanta, nos confronta, nos quiere.
Yo intento repartirme y que el tiempo me alcance para jugar con los chicos, para estar un poco juntos y solos, para leer algo, para sentarme de a ratos en la compu y rencontrarme con mis intereses, para disfrutar un poco del aire libre y el sol, para hacer algo de ejercicio y cuidar mi cuerpo, para conectar con el bebé de la panza, para tener linda y organizada la casa, para ver a mis amigas, para que mi hijo y mi marido inviten a sus amigos, para ir programando mis trabajos y proyectos de este año y para darme cuenta de que todo no se puede y ver qué y cómo elijo... y tratar de no frustrarme demasiado en el intento y coparme con lo que tiende a salir espontáneamente de mí...
Creo que el gran aprendizage de mi vida es el de aceptar que todo no se puede y que cada cosa se hace en su debido tiempo o llega cuando tiene que llegar. En eso estoy, y creo que voy bien, se sufre a veces, pero es necesario, mejor que las cosas cuesten así las puedo valorar más y quererme cada día más.
ReplyDeleteMuy feliz 2008 para todos, y cada día seamos un poco mejor....
Sí que debe ser una odisea... de emociones, de "administrar" todo lo que describes! Yo muchas veces me siento en colapso con mi familia pequeñita, y esas aprehensiones, deseos de hacerlo todo y bien! Junto con el esfuerzo de no postergarse y de seguir teniendo vida y espacios propios...Un gran tema para las madres, me parece que para los hombres-padres, es diferente... ¿será así? ¿por qué...?
ReplyDeleteEn fin.
Muchos saludos y bendiciones para este año, para tí y tu familia que en este año vivirán/seguirán viviendo tantas cosas hermosas y significativas en sus vidas..
Que les acompañe siempre amor, fuerza y paz!!
Qué bueno Santiago que sigas aprendiendo algo que te va a permitir vivir mejor.
ReplyDeleteGracias Alejandra por tus saludos y no sé si se puede generalizar pero creo que ser mamá es tan distinto a ser papá que es incomparable lo que nos pasa, ni mejor ni peor, pero sí muuy distinto, ¿no?